En Honduras, como en todo el mundo, las industrias creativas se vieron terriblemente afectadas con la pandemia de Covid-19. Con el cierre de espacios culturales, disminuyeron casi en su totalidad, las exposiciones de artes visuales, presentaciones artísticas de música, teatro, danza cine y otros. Todas las instituciones que componen el Comité de Centros Culturales en Tegucigalpa, se vieron obligadas a cerrar sus espacios de un día para otro, dejando a los artistas en la incertidumbre total y en espera indefinida, los proyectos en los cuales estuvieron trabajando.
Algunas de las instituciones actuaron rápidamente a inicios de la pandemia y buscaron los mecanismos para llevar su programación cultural en las plataformas virtuales, después de un año y medio trabajando de manera virtual, la necesidad de regresar se incrementa, sobre todo, por ofrecer la experiencia al público de visitar un museo o compartir con amigos en espacios dedicados al arte y la cultura.
La pandemia, también trajo experiencias y lecciones aprendidas, sobre todo, porque no es lo mismo trabajar con un público que está tras una pantalla y donde hay millones de productos que hacen desconcentrar a los seguidores con los que cuentan, ya sea, los centros culturales y los mismos artistas que prácticamente actúan solos a través de redes sociales, sin ningún tipo de apoyo, sin contar con la falta de equipo de producción y falta de conocimiento para manejo técnico en el área multimedia o falta de recursos para contratar personal especializado.

Para nadie es un secreto que, antes del Covid-19, el sector cultura es uno de los sectores que menos recibe apoyo de instituciones gubernamentales, son pocos los afortunados en recibir ayuda de la empresa privada y en su mayoría la cooperación internacional es la que más apoyo brinda a proyectos culturales, fundaciones y ONGs, Pero durante la pandemia, está casi en total olvido por parte de las autoridades locales el tema de la cultura, llegando al punto de aperturar centros comerciales,restaurantes de comida rápida y negando el permiso de recibir visitas en museos y centros de arte y cultura.
El proceso para incorporarse nuevamente es hermético y distinto en cada institución, muchos esperan el regreso de los estudiantes de forma presencial para funcionar como tal, sin embargo,el futuro es aún incierto para muchos, estamos seguros que el proceso será lento para llegar a lo que una vez fuimos y realizar las actividades que llenaban de experiencias gratificantes a nuestros visitantes.
Sabemos que la pandemia no es culpa de nadie y que todos los hondureños estamos luchando para sobrevivir, sin embargo, los artistas, el arte y la cultura no pueden pasar desapercibidos en un país como Honduras, ya que estos elementos exhiben la identidad y las virtudes de toda una nación.